¿Cuánto vale tener una buena imagen?
Fecha | : 13/03/07
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Tenemos un buen ejemplo. ¿Cuánto valía la imagen de Iván Zamorano antes de participar en el TranSantiago?, ¿Cuánto menos vale hoy?
Esta misma pregunta también es valiosa para nuestras empresas. Construir una buena imagen puede tardar muchos años, y destruirla puede tomarnos apenas unos días. ¿Se justificó lo que cobró Iván Zamorano por prestar su nombre a una empresa mal planificada y desordenada, por mucho que el dinero haya parecido interesante?. Sin duda alguna no. El trabajó por décadas para ganarse el respeto y una imagen de luchador, perseverante, un ejemplo del pueblo, se ha visto enlodado y se le señala, por gran parte de la comunidad, como responsable o al menos como aval del descalabro del sistema de transporte de Santiago. ¿Es justo?, tal vez no, pero está claro que el señor Zamorano hizo negocio e invirtió su capital humano, su imagen, y la puso a la venta y a disposición del mercado. Nadie duda cuan arrepentido pueda estar.
Por eso es importante administrar nuestra imagen, ya sea personal, empresarial, comercial, etc. Hay un dicho muy cierto que dice “Crea fama y échate a dormir”.
No hay otro país en el mundo donde la imagen es más importante que cualquier otra cosa (inclusive más que lo que realmente somos), y no hay otro país en el mundo donde lo que más descuidamos los empresarios, es justamente nuestro prestigio. Cuantas empresas despilfarran su imagen no respondiendo llamadas, cartas, email, o bien con sitios web incompletos. Empresas grandes, con grandes presupuestos, pero cuyo fin, claro está, por lo general es vender, lo que pase de allí en adelante, no es relevante para ellas.
Pequeños y medianos empresarios:
El mejor remedio para competir en nuestro mercado sin un gran capital, respaldo bancario, línea de crédito, presupuesto de marketing y publicidad, es cuidando la imagen, ya que es lo más valioso que podamos ofrecer en nuestros negocios, y tal vez la más eficiente herramienta para contrarrestar la tremenda brecha entre grandes y chicos.
Por eso, nuestro consejo es hacerse de un buen prestigio, siempre responder, siempre responder a tiempo, ser puntual y honesto, y por supuesto aprovechar los instrumentos que nos ofrece la modernidad, como internet y una buena página web para competir. Cuide eso como su más preciado tesoro, ya que como vemos, en segundos se puede venir abajo. Lo que haga hágalo bien y verifique que esté al día, y en la medida de sus posibilidades, acérquese a los recursos tecnológicos que le permitirán competir con mayor igualdad ante los grandes y en ventaja frente a su competencia. Ingrese su empresa a internet, tenga su página web y no la descuide.
Bill Gates dijo: “En un futuro cercano sólo existirán dos clases de empresas, las que están en Internet y las que han dejado de existir por no estarlo”.
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